Virgen del Rosario

Virgen del Rosario

Cuenta la tradición que la Virgen María se apareció en 1208 a Santo Domingo de Guzmán en una capilla del monasterio de Prouilhe (Francia) con un rosario en las manos, le enseño a rezarlo y le dijo que lo predicara entre todos los hombres prometiéndole que muchos pecadores se convertirían y obtendrían abundantes gracias. Domingo salió de allí lleno de celo, con el rosario en la mano. Efectivamente, lo predicó, y con gran éxito porque muchos albigenses volvieron a la fe católica.

Lamentablemente la situación entre albigenses y cristianos estaba además vinculada con la política, lo cual hizo que se llegase a la guerra. Simón de Montfort, el dirigente del ejército cristiano y a la vez amigo de Domingo, hizo que éste enseñara a las tropas a rezar el rosario. Lo rezaron con gran devoción antes de su batalla más importantes en Muret. De Montfort consideró que su victoria había sido un verdadero milagro y el resultado del rezo del rosario. Como signo de gratitud, De Montfort construyó la primera capilla a Nuestra Señora del Rosario.

En tiempos del Santo Padre Pío V (1556-1572), los musulmanes controlaban el Mar Mediterráneo y preparaban la invasión de la Europa cristiana. El 7 de octubre de 1571 se encontraron las dos flotas: la cristiana y la musulmana, en el Golfo de Corinto, cerca de la ciudad griega de Lepanto. Antes del ataque, las tropas cristianas rezaron el Santo Rosario con mucha devoción, ya que se encontraban contra un enemigo muy superior en número y buques de guerra. La victoria de los cristianos se atribuyó a la poderosa intercesión de Nuestra Señora del Rosario.

San Pío X fijaría definitivamente la fiesta para el 7 de octubre e inmortalizó las palabras: “Denme un ejército que rece el Rosario y este vencerá al mundo”.

 

En el año 2008 creamos la oración de consagración a la Virgen del Rosario que realizan los niños y niñas de la Sección de 5 años en su festividad.

Oración de consagración a la Virgen del Rosario

“Virgen del Rosario,

hoy nos consagramos a vos,

y junto a esta flor,

te ofrecemos nuestro amor.

Santo Domingo y Madre Elmina,

nos enseñaron a rezarte,

y nuestro signo es el rosario,

para toda la vida amarte.”